¿Qué puede haber más conmovedor que una hermosa cuna en la habitación de un bebé, justo antes de su llegada?
Nos la imaginamos vestida toda de madera, con barrotes, o en un estilo refinado.Lo sabemos: en cuanto vuelva de la maternidad, el bebé empezará a dormir toda la noche en la cama que hayas elegido para él. Como duerme 18 horas al día, es ahí donde pasará la mayor parte del tiempo. Pero, ¿cómo elegir la cuna ideal para el sueño y el crecimiento de tu bebé?
La gran variedad de modelos disponibles en las tiendas de puericultura puede hacerte girar la cabeza. De la cuna a la cuna de viaje, de la cuna con barrotes a la cuna colecho, ¿qué solución elegir? Te presentamos los distintos tipos de cunas para que puedas elegir la ideal para ti y tu pequeño.
La cama con barrotes
La cuna con barrotes es el tipo de cuna más común.
La razón es sencilla: suele ser más barata que otros tipos de cuna. Estas cunas son muy seguras, ya que permiten que el niño se mueva libremente sin riesgo de rodar sobre un costado. Los barrotes permiten que el aire circule alrededor del bebé. Puede oler el tráfico, el olor de la cocina, tu perfume cuando llegas...
La cuna suele tener ruedas. En este caso, es fácil de desplazar.
Por último, como la cuna está pensada para acompañar al bebé durante varios años, resulta más económica a largo plazo que todas las demás cunas para recién nacidos (colecho, cuna, moisés, etc.).
Cuidado, no debes meter nada en la cuna: ni trenza, ni almohada, ni edredón, ni manta. Simplemente mete a tu pequeño en un saco de dormir.
La cuna
La cuna suele instalarse en el dormitorio de los padres o en el del recién nacido. Ideal para los primeros meses tras el nacimiento, ofrece al bebé la comodidad de un nido acogedor. Esta cuna más pequeña recuerda al bebé la suavidad del vientre materno. No se sentirá perdido en esta camita, donde puede tocar los laterales estirando los brazos y las piernas. La cuna es fácil de transportar y te permite colocar al bebé a tu lado durante la siesta o cuando tienes invitados. Por otro lado, esta cunita se queda rápidamente pequeña para el niño y hay que cambiarla con bastante rapidez.
El moisés
El moisés es aún más pequeño que la cuna. Es una cuna portátil que puedes trasladar fácilmente de una habitación a otra. Muy envolvente, el moisés forma un nido acogedor en el que el niño puede acurrucarse y dormirse plácidamente.
Si vas a comprar un moisés familiar, es muy aconsejable sustituir el colchón viejo por uno nuevo. Así, le darás a tu bebé una cama de calidad.
La cama colecho es una camita que se acopla directamente a la cama de los padres. El niño duerme junto a mamá y papá y se siente tranquilo. Le recuerda la época en que estaba cómodamente acurrucado en la barriguita de su mamá. De este modo, puedes vigilar a tu bebé en todo momento. Además, si le das el pecho, puedes responder más rápida y fácilmente a las necesidades de tu pequeño. No hace falta que te levantes para alimentar a tu bebé: puedes hacerlo tranquilamente en la cama y volver a dormirle en cuanto sus ojitos se duerman...
Cama paraguas
La cuna es una cama nómada fácil de transportar. Se pliega y despliega en pocos segundos, proporcionando al bebé una cómoda superficie para dormir. Sin embargo, aunque el sistema es muy práctico, debes tener en cuenta que sólo es una solución de reserva. Puedes utilizarla cuando salgas a cenar con amigos, por ejemplo, y hacer que el bebé duerma en una habitación contigua. Sin embargo, esta cuna, disponible desde el nacimiento, no es lo bastante cómoda para que tu recién nacido duerma 18 horas al día. Tendrás que optar por una cuna, un moisés o una cama colecho, y conservar la cama nómada para determinadas ocasiones, como las vacaciones o las cenas con los suegros.